Y ya van 10.000
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En efecto, ya van 10.000. Bueno, a decir, verdad, 10.081. Nada menos que 10.081 visitantes a mi página web desde su apertura el pasado 8 de marzo de 2015. 10.081 clicks de ratón sobre información, música, imágenes y podcast que yo mismo he puesto a disposición, como se solía decir, de aquellas personas de buen corazón. 10.081 motivos para continuar durante muchos años con todos vosotros. 10.081 razones para continuar trabajando de manera incansable en ofreceros los mejores contenidos. En definitiva, 10.081 gracias que tengo que daros a todos vosotros por ser partícipes de mis pasiones, mis locuras y mis controvertidos programas de radio.
Pero lo más sorprendente de estas 10.081 visitas no es sólo su volumen, sino su origen. No sólo he recibido visitas desde España, sino también desde Brasil, China, Alemania, Portugal, India, República Checa y otros tantos países repartidos por el Globo. Incluso he recibido una extraña visita desde los Emiratos Árabes, mucho ojo. En realidad, cada vez que miro el gráfico mundial que tengo en la portada de la web alucino con las bondades de Internet y su ausencia de limitaciones territoriales. Agradecería las visitas en varios idiomas, pero entre que soy un negado para las lenguas y que estoy seguro que la gran mayoría de extranjeros utiliza el traductor automático, mejor lo dejamos estar. En cualquier caso, lo veo como una recompensa a tanto y tanto trabajo.
Haciendo un ejercicio de retrospección ante el hito alcanzado, no puedo evitar que se me dibuje una sonrisa en la cara. Nunca pensé que hacer programas de radio online, lo que desde hace pocos años se ha denominado como podcasts, se convertiría en mi absoluta afición. Sí, es cierto, antes de acabar el bachillerato y sacarme la carrera de Derecho, estudié un módulo de imagen y sonido, y si mi vida hubiera transcurrido por otros derroteros seguramente estaría detrás de una mesa de mezclas de una emisora de radio y no gestionando empresas en quiebra. La vida da muchas vueltas y, en ocasiones, alguna de estas vueltas no está desprovista de cierta ironía. Dejé el módulo, olvidé la radio, me centré en mis estudios y mi vida continuó sin prestar atención a mi pasado… hasta que un día, la radio me reencontró a mí.
Uno de los muchos proyectos que iniciaron los miembros del supremo foro Radical Resistance, entre los que me incluyo, fue la creación de un podcast oficial del foro. Para darle contenido, diferentes usuarios harían programas de radio de una hora de duración donde nos presentarían canciones, estilos y sesiones, y lo compartirían con el resto de miembros mediante una descarga externa en formato mp3. Habida cuenta de que disponer de una radio online que funcione 24 horas al día era tarea imposible, puesto que los limitados miembros del foro tenemos vidas muy ajetreadas, los podcast nos ofrecían la mejor solución para este proyecto. Y, en marzo de 2009, el usuario Cyberio hizo los honores compartiendo con todos nosotros un podcast dedicado al Uplifting Trance.
Al principio, un servidor de Ustedes estaba demasiado atareado con la universidad, las amistades, la pareja y otras tantas actividades sociales, por lo que se limitó a descargarse los programas y a disfrutarlos de camino a la universidad, haciendo mención especial a los podcasr dedicados a Depeche Mode de Conju y Ciriliox y a los Trancemisores de davidenergy. Pero poco a poco, se fue despertando mi interés. Volví a acordarme de mis clases de técnico de sonido, volví a sentir esa peculiar sensación de estar frente a un micrófono. Y cuando me mudé a Granollers con mis suegros, acabé de tomar la decisión. Alejado del mundanal ruido, lejos de mis amistades y de los bares que frecuentaba con demasiada profusión, un sábado cualquiera decidí hacer mi primer podcast. Y así nació Granollers On Fire.
Al principio, he de reconocer que era un verdadero calvario grabar los podcast. Si retrocedéis a mi segundo artículo del blog, lo podréis ver. Únicamente disponía de un portátil lento, con el disco duro saturado y con una conexión a Internet limitada. ¿El micrófono? Tenía que grabar los cortes de voz en el lavabo y luego pasarlos al ordenador, ya que sólo disponía de un micrófono de mi novia que no permitía grabar directamente en el ordenador y, además, compartía despacho con toda la familia. Tuve que echar mucha imaginación, y muchas ganas, para llevar a cabo los primeros podcast. De hecho, tuve que recurrir al Loquendo para crear la clásica entradilla de mis podcast, ya que quería darle un marchamo de profesionalidad con una introducción femenina, oscura y electrónica. Bienvenidos a vuestra cita con la oscuridad musical…. La verdad es que guardo muy gratos recuerdos de esta época.
Superada la decena de podcast, y tras haberme dado cuenta de que esta afición no era flor de un día, o de un mes, pensé en diversificar el asunto. Al fin y al cabo, Granollers On Fire estaba dedicado a la música en general, con especial incidencia en la música underground y oscura, pero había un estilo en particular que merecía tener su propio programa: la makina. Y este fue el origen de Requiem Makinero.
La historia de la creación de mi tercer programa, Granularius Igni, fue casi simultánea, pero tiene más que ver con mi trabajo que con la música, en realidad. A mediados del año 2012, me encontraba trabajando en el Departamento de Recuperaciones del B.B.V.A., es decir, me dedicaba a ejecutar préstamos hipotecarios impagados. No estoy especialmente orgulloso de ello, pero en fin, el trabajo es el trabajo, y era lo que me tocaba hacer. Para tratar de limpiar mi sucia conciencia, pensé en hacer un podcast para explicarle a la gente cómo funcionaban las hipotecas, como podía paralizarse una ejecución hipotecaria y cómo se podía evitar un desahucio. Al final, este podcast en particular se quedó en el tintero. De hecho, sólo grabé 15 minutos del mismo. Pero me dio la idea de dedicar un programa de radio a otros asuntos que no fueran la música electrónica.
No obstante, llegó un momento en el que pensé que todo esto estaba muy bien, sí, pero que seguía sin tener las herramientas necesarias para que mi proyecto, que ya había pasado de ser un simple apéndice de los podcast RR a un proyecto propio, avanzara en la dirección correcta. Así que hasta mi traslado a Barcelona a mi propio piso no obtuve el salto cualitativo que requería. Un despacho propio, un micrófono en condiciones, un ordenador de sobremesa y una mesa de mezclas e intimidad suficiente para hacer y decir gansadas sin que mis suegros pensaran que su hija estaba liada con un botarate, me proporcionaron herramientas suficientes para que la calidad de mis podcast aumentara y pudiera dedicarles mucho más tiempo.
Pero todavía me faltaba algo. Al fin y al cabo, lo importante de un podcast es que alguien lo escuche, puesto que de lo contrario estaría haciéndome programas para mí mismo. No dejando de ser cierta esta última afirmación, pues si he llegado hasta aquí ha sido más por mi propia voluntad y porque me gusta hacer estos programas más allá de los escasos reconocimientos que he obtenido, era necesario darle un empujón a mis podcast. Y así nació la página de Facebook de Granollers On Fire en enero de 2013. Las redes sociales, además de permitir cotillear fotografías de féminas, tener discusiones absurdas o decir tonterías, también pueden ser una herramienta de difusión.
He de reconocer que el siguiente paso, el definitivo, lo di tras darle muchas vueltas y tras ser espoleado por mi novia. ¿Y por qué no haces una web propia o un blog? Al principio me mostré reticente, ya que yo ofrecía programas de radio, no artículos de un blog, pero poco a poco fue gustándome la idea. Me gusta mucho soltar parrafadas, compartir conocimiento con la gente y ofrecer contenidos interesantes, así que, ¿por qué no? El resto, como se suele decir, es historia.
Sé que mucha gente, al alcanzar determinados hitos, ya sea visitas de una página web o de seguidores en una red social, hace apuestas, prepara un vídeo comiéndose un pez vivo o se tatúa algo en una nalga, pero yo, que puedo ser muchas cosas, intento huir de las horteradas. Así que yo, además de daros 10.081 gracias, os propongo algo de feedback. Sí, de ese que recibo a cuentagotas, de ese mismo. Algo tan sencillo como que me propongáis una temática concreta, una sesión, un estilo, o lo que os venga en gana, para hacer un programa especial de las 10.000 visitas. No cuento con ello, pero sería divertido, y una manera de hacer a Granollers On Fire un poco más participativo.
De hecho, Si habéis llegado hasta aquí después del ladrillo que os he puesto frente a la pantalla del ordenador, no es cuesta nada, cabron@s.